En la actualidad la mayor parte de la población vive en ciudades en las que hay acceso a buena educación y servicios de salud, junto con facilidades para adquirir todo tipo de artículos destinados a la comodidad, sólo con ir a un centro comercial. Esto, sin embargo, conlleva un menor contacto con la naturaleza.
La ciudad de Guadalajara y la educación ambiental de sus niños
Guadalajara es colorida, cuenta con avenidas con camellones en los que hay árboles que florecen en primavera y algunos que siempre mantienen su verdor. En medio de esa variedad vegetal hay frutos que alimentan a una gran cantidad de especies animales durante la mayor parte del año.
Se trata de una localidad con grandes fresnos, ficus, palmas y diversidad de árboles que albergan aves coloridas, las que sobrevuelan en los alrededores. Todo esto permite evocar atardeceres color naranja en los que son visibles las parvadas de pericos que habitan algunas zonas de la urbe.
Pese a todo, la zona metropolitana tiene un promedio de tres metros cuadrados de áreas verdes por habitante, un dato contrastante con las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), que establece una recomendación de nueve metros cuadrados por habitante, en vista de que los seres humanos necesitan el contacto con la naturaleza para tener una mejor calidad de vida.
Para los niños es importante desarrollar la capacidad de observación de los fenómenos naturales que cambian con las estaciones del año, una variación que nos hace sentir parte del universo. Tales variaciones son una demostración de lo pequeños que somos ante el tamaño del planeta, el sol y las galaxias.
Enseñanzas en el Preescolar del Colegio Pedregal
Las actividades en el Preescolar del Colegio Pedregal comienzan cada día con un ejercicio de ubicación espacial, revisando aspectos como el clima del día, la estación del año en la que estamos, o cómo se siente cada persona en la mañana. Junto a esto, abrimos un espacio para la observación de fenómenos naturales que permiten a los pequeños disfrutar el ser parte del universo y desarrollar capacidades de análisis, experimentación y exploración.
Aseguramos que disponemos de laboratorios vivos que se encuentran dentro del plantel porque en el preescolar hay un huerto y una granja en donde crecen y se desarrollan plantas y animales reales que los pequeños pueden ver cada día. Así conocen la forma en la que crecen y se desarrollan.
La granja ofrece la oportunidad de que los niños alimenten a diferentes animales domésticos, como borregos, conejos, puercos y ponis. Conocen paulatinamente las necesidades, el temperamento y los instintos de cada animal y tienen la oportunidad de apreciarlos desde cerca.
En el huerto, los niños aprenden a sembrar, cuidar las plantas y conocer lo que necesitan al ser cultivadas, entienden cómo se cosechan y cómo deben respetarlas. Comprenden cómo crecen en la tierra las zanahorias, lechugas, betabeles, ajos, jitomates y cebollas, entre otros vegetales.
Rebeca Azcona, experta en huertos y profesora de la clase de Huerto, respondió algunas preguntas sobre las actividades que llevan a los pequeños a entender mejor su entorno:
- ¿Qué es lo que más te gusta de impartir la clase de huerto en el Colegio Pedregal?
Ver las reacciones cuando los niños observan una planta que dio frutos. Se sorprenden por todo lo que sucede en el huerto y recuerdan muy bien todo lo que se les dice. Les llega al corazón la experiencia en el huerto.
- ¿Cómo ha sido la experiencia de llevar a cabo las clases de Huerto de forma virtual?
Hacer el huerto on-line es interesante, porque los niños tratan de llevar el huerto en sus casas con lo que tengan a la mano. Utilizando germinados y plantas sembradas en macetas que los niños tienen en sus casas, les enseñamos el vocabulario con ejercicios de lotería y plastilina.
- ¿Cómo te das cuenta del impacto que tiene la clase de huerto en tus niños?
Los niños recuerdan muy bien las clase que ya vieron, guardan sus actividades y las muestran en pantalla para que vea como crecen sus plantitas. Me presumen sus germinados de la clase anterior, me platican de los vegetales que se comieron en la sesión pasada.
Los niños también llegan a hacer reflexiones muy profundas. En una clase, cuando hablamos de las plagas, me sorprendieron. Comencé a decirles que debíamos alejar a los saltamontes porque se comen las plantas que nosotros queremos hacer crecer y un pequeñito preguntó con preocupación que, si alejábamos al saltamontes, él ya no tendría qué comer. Cada día es una experiencia diferente.
Sabemos que ofrecer a los niños un entorno en el que puedan aprender a respetar el medio ambiente es fundamental para su formación y desarrollo, por eso te invitamos a conocer más sobre la educación ambiental que ofrecemos en Colegio Pedregal Guadalajara con las instalaciones del huerto y la granja.