El sistema educativo Reggio Emilia que aplicamos en las primeras fases de la formación dentro del Colegio Pedregal, se basa en la observación y experimentación por parte de los niños, que desde este enfoque desarrollan su creatividad mientras obtienen aprendizajes.
Como filosofía, esta corriente pedagógica surgió después de la Segunda Guerra Mundial cerca de la municipalidad de Reggio Emilia, en Italia. Las mujeres de la región decidieron no sólo reconstruir el entorno físico de las localidades, sino también el entramado social en el que coexistían los habitantes. Una nueva concepción de la educación tras una etapa de guerras era importante para ellas.
En medio de ese contexto, Loris Malaguzzi, un pedagogo, periodista y psicólogo radicado en la zona, fue invitado a participar como consultor. Él sería el encargado de impulsar el proyecto. Malaguzzi defendía que este sistema se lleva a cabo por las personas involucradas en el día a día del pequeño.
El papel de los docentes es fundamentalmente acompañar el proceso formativo de los niños. Se considera que la autonomía de los pequeños estimula la iniciativa y genera una atmósfera de participación, algo que potencia la capacidad intelectual al impulsar la reflexión y la investigación.
También se considera que el pensamiento autónomo promueve la responsabilidad de los alumnos, porque se implican en mayor medida en los trabajos y actividades que los adultos, u otros niños, proponen en el aula.
Bases para la adopción de la filosofía Reggio Emilia
Más allá de funcionar como un sistema educativo, la filosofía Reggio Emilia tiene su enfoque en el pensamiento de que niños, educadores y todas las personas que rodean a los estudiantes deben involucrarse en el proceso educativo.
Los conceptos activos dentro de la propuesta, como en el constructivismo, deben analizarse desde la realidad de cada individuo. Se trata de un enfoque que exige sentido de corresponsabilidad en el proyecto educativo y el establecimiento de relaciones mutuas, diversidad en los perfiles de los educadores y documentación para visibilizar los procesos creativos e involucrar a las familias en el proceso educativo.
Los adultos, además de ser acompañantes en el proceso de formación de los niños, son también aprendices en los proyectos que emprenden junto con los pequeños. Es necesario que adopten una actitud investigadora que motive a los niños a indagar y a utilizar su curiosidad como herramienta.
Los padres, especialmente, cumplen el rol de investigadores que mantienen a los niños interesados en explorar nuevas ideas y conocimientos, mientras provocan la reflexión.
Entre las características clave para la aplicación de este método se encuentran:
- Creencia en la capacidad de los niños para que construyan sus propios conocimientos.
- Los valores principales son el respeto y la capacidad de escuchar.
- La distribución del espacio y los elementos presentes en el entorno como detonantes del aprendizaje. El espacio físico debe motivar la comunicación entre alumnos y docentes.
- Los niños son protagonistas al momento de mostrar una conexión emocional con su entorno.
Ventajas que presenta el sistema Reggio Emilia
- Incentiva el espíritu crítico, independiente y de curiosidad en los niños y adultos por igual.
- Realza la importancia del entorno para el cuidado y formación de los niños mediante el sentido de corresponsabilidad.
- El entorno de colaboración ofrece la posibilidad de un aprendizaje constante.
Como los sistemas Montessori y Waldorf, el sistema Reggio Emilia tiene su base en el aprendizaje activo, persiguiendo la formación como un aspecto integral del individuo. La educación es personalizada y se adapta a los tiempos de cada alumno, de acuerdo con la fase en la que este se encuentre y su evolución en el entorno de enseñanza.
En Colegio Pedregal Guadalajara incluimos diferentes actividades intraescolares como parte del proceso educativo para nuestros alumnos, con el fin de brindarles una formación completa.